México recuerda a los caídos en la matanza de Tlatelolco

A 40 años de la matanza de estudiantes, los sobrevivientes reclaman justicia
México recordó este, 2 de octubre, el 40 aniversario de la matanza de estudiantes ocurrida en la plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, en el Distrito Federal, cuyo resultado dejó más de 400 personas muertas.
Aquel día, miembros del Ejército mexicano abrieron fuego en contra de varios estudiantes que se habían reunido en esa plaza con el objetivo de organizar nuevas medidas de protesta contra el Gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Los estudiantes exigían al Gobierno diálogo abierto en presencia de los medios de comunicación. Demandaban la libertad de los presos políticos que habían sido arrestados desde el mes de julio de ese año.
Reclamaban la derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal, que eran utilizados por el Gobierno para encarcelar a dirigentes opositores.
Además, pedían la desaparición del cuerpo policial de Granaderos, cuya violencia aplicada contra los estudiantes indignó a toda la comunidad estudiantil. Por ello, solicitaban la destitución de los jefes policiales por considerarlos autores intelectuales de la violencia.
Otra demanda era la indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto y el procesamiento de sus responsables.
El detonante que originó la matanza de Tlatelolco fue una riña deportiva ocurrida en julio del 68, entre dos equipos de fútbol americano: uno, de la Universidad Autónoma y el otro del Instituto Politécnico Nacional.
Esa eterna rivalidad deportiva fue disuelta a golpes por parte del cuerpo de policías Granaderos de la ciudad. A esta represión siguieron otras que dejaron ese mes de julio 48 muertos. La indignación estudiantil había nacido. Comenzaron las marchas de protesta exigiendo a Díaz Ordaz que detenga la violencia.
El Gobierno acusó al Partido Comunista Mexicano y a los extranjeros de izquierda de financiar estas protestas. Pero a la vez convocó al diálogo con los estudiantes, quienes exigieron a los medios como testigos. Luego de 73 días de huelga, el Gobierno decidió disolver las marchas y aquel 2 de octubre de 1968 abrió fuego en contra de los estudiantes.
Esta masacre es aún una herida abierta en el país, y a juicio de Raúl Álvarez Garín, ex dirigente estudiantil y ahora miembro del Comité del 68, institución que busca justicia sobre ésta y otras matanzas posteriores, “México corre riesgo de vivir una nueva masacre de Tlatelolco”.
El temor de Álvarez Garín se funda en que la justicia de su país es “unilateral” y persiste una impunidad, lo que impide su esclarecimiento. Además, dice, la sociedad mexicana se acostumbró a pensar que ese carácter violento y represivo del orden ya forma parte de su cotidianidad. Félix Hernández Gamundi, otro miembro del Comité, coincide con él.
Presiones externas
La embajadora de México en Bolivia, Roberta Lajous Vargas, refuta estas versiones. “No veo factible el hecho de que se repita lo del 68. México vive ahora una lucha abierta contra el narcotráfico y contra el crimen organizado. No advierto malestar alguno por parte de los estudiantes en mi país”, asegura.
La diplomática mexicana, en diálogo con La Prensa, considera que hay que comprender muy bien el contexto internacional que rodeó a la matanza de estudiantes en Tlatelolco.
El mundo vivía en la época de la Guerra Fría, y “había presión por parte de Estados Unidos sobre el Gobierno de México de ese entonces”.
Hernández Gamundi dijo que el Comité del ‘68 volverá a exigir que la Secretaría de Defensa Nacional entregue al Archivo Nacional todos los documentos de ése y posteriores años que aún los tiene.
“Hay pruebas que esclarecerán responsabilidades penales de esta matanza, de otra similar ocurrida en 1971 y la posterior Guerra Sucia, aplicada entre 1970 y 1976 en contra de los izquierdistas y de los opositores a los gobiernos del PRI".
Durante los años 70 se reportaron más de 500 personas desaparecidas. La indignación estudiantil encendió la mayor movilización de 1968 en contra del Gobierno. En agosto y septiembre, estudiantes contra policías y miembros del Ejército provocaron un clima inestable en Ciudad de México hasta que terminó el 2 de octubre en la plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.
Una década de cambios
Años antes a 1968, México vivía una etapa de luchas estudiantiles por la democratización académica y su compromiso con causas sociales y populares.
Las insatisfacciones sociales habían comenzado en 1956. Los gobiernos de turno, todos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), respondieron con la represión, o, en el peor de los casos, matando a los dirigentes si es que no podía sobornarlos, tal como dice el escritor mexicano Sergio Aguayo en su libro 1968: Los archivos de la violencia.
El politólogo Carlos Cordero explica que en la década del 60 el mundo aún asimilaba las consecuencias dolorosas de la Segunda Guerra Mundial. Era una época en la que el socialismo había triunfado con paso de parada en Cuba. Una época en que las ambiciones políticas entre Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) hacían temer una tercera guerra mundial.
América Latina no fue ajena a ello. En Argentina, Colombia, Uruguay, Panamá, Ecuador, Brasil y Chile estallaron también otras manifestaciones estudiantiles y laborales con el reclamo de que se cumplan sus respectivas demandas.
Estas expresiones culturales formaron parte de las protestas enérgicas contra el autoritarismo de los gobiernos de aquel tiempo en la región, explica la periodista y columnista de La Prensa.
La matanza de tlatelolco
- El presidente mexicano, Gustavo Díaz Ordaz, asumió la responsabilidad por este hecho.
- La masacre estuvo precedida por meses de intranquilidad política en México.
- El Gobierno mexicano culpó a los estudiantes de querer boicotear los Juegos Olímpicos.
- Se supo, años después, que el Gobierno de Díaz Ordaz planeó la matanza.
- La versión oficial del Gobierno habla de alrededor de 30 muertos en Tlatelolco.
- Diez días después de la matanza de Tlatelolco se inauguraron los Juegos Olímpicos.
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